INTRODUCCION:
El shock es un síndrome que se caracteriza por la incapacidad del
corazón y/o de la circulación periférica de mantener la perfusión
adecuada de órganos vitales. Provoca hipoxia tisular y fallo metabólico
celular, bien por bajo flujo sanguíneo, o por una distribución irregular
de éste. Incluye un conjunto de síntomas, signos y alteraciones
analíticas y hemodinámicas que precisan una rápida identificación y
tratamiento agresivo para reducir su elevada mortalidad.
FISIOLOGÍA
Nuestras actividades celulares requieren glucosa, que es procesada en el interior de la mitocondria en
presencia de Oxigeno para generar ATP en el ciclo de Krebs. Ante ausencia de Oxigeno, el organismo
echa mano al ciclo piruvato-lactato que genera menos del 5% de ATP que el Krebs. Las actividades
celulares pueden dividirse en obligatorias (de supervivencia) y facultativas.
En las primeras encontramos el transporte de membrana, el crecimiento y reparación de células y tejidos,
etc.
En las segundas, la contractibilidad, el transporte de electrolitos y proteínas, etc.
Si se afectan las actividades facultativas se genera disfunción celular que deriva en disfunción orgánica.
En cambio, si se afectan las actividades obligatorias, deriva en alteraciones irreversibles y finalmente
muerte celular.
En el shock se presenta un desbalance entre la entrega y demanda de oxígeno a nivel celular, que de no
corregirse conduce a la falla multiorgánica.
La entrega de oxigeno o DO2 depende del contenido arterial de oxigeno (CaO2) y del gasto cardiaco (GC).
FISIOPATOLOGA
El shock es un proceso dinámico, el cual depende de la interacción del paciente, con sus mecanismos
compensatorios, la enfermedad, el tiempo y la terapia recibida. Tiene una naturaleza progresiva, constando
de 3 fases:
- Compensado, donde las funciones de los órganos vitales están mantenidas por los
mecanismos compensatorios
- Descompensado, donde los mecanismos compensatorios son sobrepasados, generando
microcirculación marginal y afección de la función celular
- Terminal o irreversible, donde el daño de órganos claves es de tal magnitud que la muerte
ocurre independiente de la terapia
La vía común final de todos los tipos de shock sin tratamiento adecuado, independiente de su
causa es la conversión a metabolismo anaeróbico, acidosis progresiva y muerte celular.
TIPOS DE SHOCK.
Según su fisiopatología, el shock puede dividirse en 5 tipos: hipovolémico, cardiogénico,
obstructivo, disociativo y distributivo.
A continuación se describirán brevemente los principales tipos de shock que posteriormente se tratan en
otros capítulos de la obra.
Shock Hipovolémico
El más común en pediatría. Corresponde a la disminución del volumen circulante intravascular
al grado de alterar la perfusión tisular, pudiendo ser tanto fluidos y electrolitos, plasma o
sangre total, en cuyo caso corresponde a una entidad en sí, el shock hemorrágico.
El Shock Hipovolémico hemorrágico merece algunas consideraciones aparte. Al perder sangre completa,
en forma externa o interna, se pierde transportador de O2 (Hemoglobina), por lo que la DO2 se ve
comprometida más precozmente, limitando los mecanismos de compensación de gasto cardiaco. La
reposición con solo volumen (no sangre), es insuficiente e incluso puede ser deletérea sino va de la mano
de reposición precoz de glóbulos rojos para mejor la DO2.
Shock Cardiogénico
Corresponde a un estado de disminución del gasto cardiaco secundario a una alteración en la función cardiaca primaria con la consiguiente falla en cubrir las demandas metabólicas.
Se produce una disminución profunda de la contractibilidad miocárdica principalmente sistólica a
diferencia del shock no cardiogénico, donde el compromiso cardiaco es secundario a otra patología, en
cuyo caso es generalmente sisto-diastólico (por ejemplo, tóxicos con efecto depresor cardiaco).
Se expresa
como hipotensión persistente que no responde a reposición de volumen, con signos de hipoperfusión de
órganos incluyendo disminución de perfusión coronaria que lleva a isquemia subendocárdica inicial y
posteriormente miocárdica que de no corregirse lleva a daño progresivo de la función global y finalmente
muerte.
CAUSAS DE SHOCK CARDIOGENICO.
Shock Distributivo
Corresponde a una mala distribución del flujo sanguíneo a los tejidos, caracterizada por vasodilatación con
la consiguiente disminución de la precarga, generando una alteración de la oxigenación tisular regional y
tisular, que, de progresar, lleva a la hipoxia global. Son varias sus causas, como la anafilaxia, el daño
espinal y su modelo por excelencia, el shock séptico, al que nos referiremos en
detalle.
Shock Séptico
Estado fisiopatológico iniciado por microorganismos y/o sus productos biológicos, caracterizado por
inflamación sistémica, insuficiencia circulatoria y un anormal metabolismo del Oxígeno (7-10)
Es el resultado final de la interacción entre el invasor y los factores liberados por el huésped en respuesta a
la invasión. Cuando la respuesta del organismo esta estimulada en exceso, el resultado puede ser
catastrófico, determinando difusión orgánica y Falla Orgánica Múltiple.
Todo se inicia en el torrente sanguíneo, donde los agentes patógenos son reconocidos por el sistema
inmune. Los receptores Toll-like (TLR), ubicados en macrófagos y endotelio, se unen a
complejos formados por proteínas séricas (CD 14 o las LPS binding protein) y elementos bacterianos
(como lipopolisacaridos (LPS) de las bacterias Gram negativas, entre otras) activando la transcripción de
mediadores pro inflamatorios y citoquinas, vía factor nuclear Kappa. Así, se genera el factor de necrosis
tumoral (TNF) y las interleukinas (IL) 6 y 1B, las que inician su labor inflamatoria, mientras IL 10 y el
TGF 10 lideran la respuesta anti inflamatoria.
Tipos de shock y factores etiológicos
Shock hipovolémico
Disminución del volumen circulante (hipovolemia):
Pérdida de sangre: -Hemorragias.
Pérdida de volumen plasmático.
-Quemaduras.
-Peritonitis.
-Aumento de la permeabilidad capilar (sepsis).
Pérdida de agua y electrólitos.
-Diaforesis.
-Vómitos.
-Diarreas.
-Uso excesivo de diuréticos.
Shock cardiogénico
Causas cardíacas:
-Pérdida de la función contráctil del miocardio: -Infarto agudo de miocardio.
-Insuficiencia cardíaca grave de cualquier etiología.
-Lesión miocárdica postcirugía cardíaca.
-Factores cardíacos mecánicos.
-Insuficiencia aórtica o mitral agudas.
-Rotura del tabique interventricular.
-Arritmias, taquicardias o bradicardias graves.
Shock obstructivo
Obstrucción del flujo sanguíneo: -Embolia pulmonar.
-Taponamiento cardíaco.
-Aneurisma disecante de aorta.
-Disfunción de prótesis cardíacas (trombos).
-Obstrucción de cavas.
-Neumotórax.
-Mixomas.
Shock distributivo
Disfunción vasomotora:
-Pérdida del tono vasomotor (shock neurogénico).
-Anafilaxia.
-Fármacos (vasodilatadores, barbitúricos).-Lesión medular.
-Dolor.
-Insuficiencia de la microcirculación.
-Sepsis (shock séptico).
Fisiopatología y mecanismos compensadores del
Shock
Los mecanismos que participan del shock se pueden explicar gracias a
los parámetros clínicos que acompañan al cuadro y su repercusión. Se
considera como situación clínica y hemodinámica, dependiente del
tiempo, correspondiente a un estado de disminución general y grave
de la perfusión tisular que desembocará en un cuadro de evolución
exponencial hacia la muerte, de no tomar medidas terapéuticas a corto
plazo.
El shock también viene definido de acuerdo a sus causas etiológicas.
Fisiopatología de la función pulmonar
La oxigenación puede verse comprometida de forma importante en el
transcurso del shock, fundamentalmente en fases más avanzadas del
síndrome.
Las alteraciones de la función pulmonar van desde cambios
compensatorios en respuesta a la acidosis metabólica hasta un
síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA) con manifestación
clínica de edema pulmonar.
La alcalosis respiratoria es más común en las etapas precoces del
shock, como resultado de la estimulación simpática. Sin embargo, la
acidosis metabólica usualmente predomina a medida que la
hipoperfusión tisular progresa. La acidosis respiratoria, motivada
habitualmente por hipoventilación alveolar, puede ser secundaria a
depresión del SNC, pero con cierta frecuencia refleja fatiga de la
musculatura respiratoria e implica en algunas ocasiones la necesidad
de ventilación mecánica.
Fisiopatología de la función neurológica
Una hipotensión marcada y prolongada puede producir una isquemia
global, que dará lugar a una encefalopatía hipóxica o a muerte
cerebral.
Fisiopatología de la función renal
La oliguria es la manifestación más común del compromiso renal en el
shock. Está presente precozmente en el shock debido a la intensa
vasoconstricción renal y a un flujo sanguíneo renal disminuido. La
afectación pasa por un incremento del tono vascular, mediado por el
incremento de la actividad simpática y el sistema renina-angiotensina.
Además, la perfusión renal cortical disminuye, mientras que la
perfusión medular aumenta, resultando en una disminución de la
filtración glomerular. Una hipoperfusión prolongada termina en una
insuficiencia renal aguda.
Fisiopatología de efectos metabólicos
La estimulación simpática produce una glucogenólisis, que conlleva
una elevación de la glucosa sanguínea, muy común en el shock.
Fisiopatología de la función intestinal
Una hipotensión prolongada puede dar lugar a isquemia intestinal y
necrosis hemorrágica; desde hemorragias de la submucosa intestinal e
íleo hasta, más raramente, perforación intestinal.
Manejo inicial del shock .
De forma independiente a la causa específica del shock, que nos obligará a su
tratamiento específico, los pacientes con sospecha o evidencia de shock en
los servicios de urgencias requieren una aproximación y un manejo inicial, a
la vez que se investiga la causa que ha provocado esta situación.
En primer lugar, los pacientes con shock deben identificarse ya en el triage y
ser transferidos a la sala de reanimación para iniciar de forma precoz su
valoración y tratamiento. Todos los pacientes deben recibir oxígeno a alto
flujo, tener asegurada una vía intravenosa (2 vías periféricas de grueso
calibre, G14 o G16) y establecer una monitorización básica (presión arterial
no invasiva, oximetría de pulso).
Manejo de la vía aérea y de la respiración.
Debemos considerar la intubación y la ventilación mecánica de forma precoz
en el shock si existen datos de aumento del trabajo respiratorio, hipoxemia
severa, acidosis marcada o disminución del nivel de conciencia.
La intubación asegura la protección contra la aspiración y previene el
compromiso respiratorio posterior, reduciendo el consumo de oxígeno de los
músculos respiratorios y mejorando el aporte de oxígeno a los tejidos.
La
intubación, cuando es necesaria, debe preceder a cualquier otra técnica y se
realizará antes de trasladar al paciente para estudios complementarios.
Los objetivos de la ventilación deben ser mantener valores bajos, tanto de los
volúmenes corrientes como de presiones inspiratorias máximas, para
prevenir la reducción en el retorno venoso que se asocia a la ventilación de
presión positiva, lo que podría agravar el shock hipovolémico y el
distributivo.
Manejo inicial de la circulación
Fluidos
Las causas de shock con hipovolemia responden bien a la reposición del
volumen intravascular y deben identificarse de forma temprana. En estos
casos debe iniciarse una perfusión de líquidos intravenosos, con una
sobrecarga inicial de 1 a 2 litros (40 ml/kg) de cristaloides de forma rápida (30
minutos) y evaluar posteriormente al paciente.
La elección del líquido a perfundir sigue siendo polémica, pero los cristaloides
(Ringer lactato y salino isotónico) están ampliamente aceptados como
tratamiento inicial.
En el shock cardiogénico, la sobrecarga de líquidos puede producir o
complicar un edema pulmonar sin un aumento útil del gasto cardíaco. El
cuidado inicial en estos casos debe dirigirse al tratamiento de la causa que lo
ha generado y a un soporte inotrópico temprano, junto con el control
agresivo del edema pulmonar.
Otra circunstancia en la cual los líquidos pueden ser perjudiciales es el shock
asociado a una hemorragia activa.
La resucitación con grandes cantidades de
volumen antes del control de la hemorragia es perjudicial, por lo que estos
pacientes deben ser tratados utilizando los principios de la “resucitación
hipotensiva”. Esta estrategia evita complicaciones, como la coagulopatía
dilucional, la hipotermia y el síndrome de distrés respiratorio del adulto
posoperatorio, y exige el tratamiento con el mínimo aporte de fluidos hasta
la resolución quirúrgica del sangrado. La cantidad de fluido debe ser la
mínima suficiente para mantener al paciente consciente, es decir, para lograr
una perfusión cerebral adecuada.
La resucitación hipotensiva no se
recomienda en el traumatismo múltiple cerrado o en la lesión
craneoencefálica grave, debiendo mantenerse en estos casos una presión
arterial sistólica de, al menos, 90 mmHg.
Objetivos generales del tratamiento
- Asegurar la vía aérea y el aporte de oxígeno para obtener una saturación de
oxígeno (SaO2) >92% (saturómetro).
- Mejorar la perfusión consiguiendo:
- Relleno capilar (RC) < 2 segundos.
- Presión arterial sistólica (PAS) > 90 mmHg o presión arterial media (PAM) >
65 mmHg.
- Diuresis > 0,5 ml/kg/h.
Hematocrito (Hto) > 21 o 30% si presenta cardiopatía o insuficiencia
respiratoria.
- Estado mental similar a antes del shock.
- Coloración cutaneomucosa normal.
- Saturación de oxígeno en vena cava superior (SvcO2) > 70% (saturación
venosa mixta de oxígeno (SvO2) > 65%).
- Impedir que se llegue a una sobrecarga excesiva de volumen.
BIBLIGRAFIA:
1. dmaier EP, Raff H, Strang KT. Vanders human physiology. 11° ed. Mc
Graw-Hill; 2008.p.291,509,510.
2. http://wWiww.medynet.com/usuarios/jraguilar/Manual de urgencias y
emergencias/shock.pdf.
3. Catenacci MH; King K. Severe sepsis and septic shock: improving
outcomes in the emergency department. Emerg Med Clin N Am. 2008;
26:603-23.
4. Strehlow MC. Early Identification of shock in critically III patients.
Emerr Med Clin N Am. 2010, 28:57-66.
5. Terapia intensive. Sociedad Argentina de Terapia Intensiva. 4° ed.
Buenos Aires:Panamericana; 2007.
-REFERENCIAS
1. Sheldon Magder. Shock Physiology. En Michel R. Pinsky, Jean-François A. Dhainaut, editors.
Pathophysiologic Foundations of Critical Care. Wiliams &Wilkins; 1993. P 140-160.
2. J. L. Vicent. DO2/VO2 Relationships. En Michel R. Pinsky, Didier Payen, editors. Functional
Hemodynamic Monitoring. Springer-Verlag Berlin Heidelberg; 2005. P 251-258
3. Peitzman A. Hypovolemic Shock. En Michel R. Pinsky, Jean-François A. Dhainaut, editors.
Pathophysiologic Foundations of Critical Care. Wiliams &Wilkins; 1993. P 161-170.
4. Alicia M Schiller, Jeffrey T Howard and Victor A Convertino, The physiology of blood loss and
shock. Experimental Biology and Medicine 2017; 242: 874–883
5. A. Ochagavía, F. Baigorri, J. Mesquida, J.M. Ayuela, A. Ferrándiz, X. García, et al,
Monitorización hemodinámica en el paciente crítico. Med Intensiva. 2014;38(3):154-169
6. O. Okorie Nduka, Joseph E. Parrillo, The Pathophysiology of Septic Shock. Crit Care Clin 25
(2009) 677–702
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario